domingo, 20 de mayo de 2012

Ahora está de moda tomarse la temperatura en frigorías




Y a mí
que ni los tibios
ni los grises
ni los bronces
ni los bronceados
ni los insípidos
ni los ignífugos
ni las cuatro capas de maquillaje
ni los cinco litros de perfume
ni los logos
ni el reojo
ni los antifaces
ni los disfraces
ni la moda
ni la modernidad
ni los vientos moderados
ni lo que está a mano
ni lo que conviene
ni lo que combina
ni las palmaditas en los abrazos
ni los brazos palmados
A mí
el rojo
el volumen alto
las ventanas abiertas
el muerto fuera del placard.
A mí
lo que hacen las manos,
lo que hace el sol
lo que hace la fiebre.

Yo podré ser una loca desquiciada
pero lo que nunca van a poder decir
es que yo no soy una loca desquiciada.

martes, 8 de mayo de 2012

El globo rojo




Se suelta de mi mano
esquiva un barrilete
y sube
hasta la nube que tiene la forma de tus ojos.
La toca
una
dos
tres veces.
La nube le abre, el globo entra.
Se enamoran.

Al rato a vos y a mí
en pleno parque
nos llueve todo el amor.

Dibujo:  Cronopio de Sofía Clop.

Lo mismo pero otra vez




“Locura es hacer lo mismo una y otra vez
esperando obtener resultados diferentes”
(Albert Einstein)

El problema es ortopédico.
La suela del zapato
se amolda a la forma de la piedra
con la que tropezamos una vez
y entonces volvemos a tropezar
muchas veces más.
Ni siquiera en la tercera nos damos por vencidos.
La piedra es la misma,
la vemos de lejos
le sabemos la forma
los recortes
los excesos
pero no, no alcanza.
Le sabemos la textura
ya probamos cómo duele
y no, tampoco alcanza.
Los zapatos se vuelven demasiado costumbristas.

Buscamos zapatero capaz de modificar la horma
pero el hábito es demasiado duro
y el pobre no da pie.
Y aunque un tropezón no es caída
de tanto trastabillar
andamos con fracturas expuestas por todos lados.
Será cuestión de andar descalzos
porque es preferible
clavarse una espinita cada tanto
a la rigidez de la misma piedra
para toda la vida.