Las papas fritas nunca son demasiadas, igual que las medialunas.
Todos alguna vez abrimos el paquete de una mentira,
nos lo comimos eterito
y lo dejamos en la góndola
como si nunca lo hubiéramos tocado
porque nos salía más barato
el autoengaño de hacer como si nada.
La fe es ese plato de palitos
que te traen con la cerveza,
cuando llega la comida lo dejás de lado
pero cuando se termina,
estás picando otra vez lo que
quedo en el platito .
El nesquik nos cagó la vida
porque ahí la felicidad se
posponía:
si no lo agitabas y primero te tomabas toda la leche
después sólo quedaba el éxtasis
de comerse el chocolate a
cucharadas.
Bueno, en la vida nunca llega
el momento del chocolate a cucharadas,
acá es más bien cuestión de distribución y agite.
La tierra firme no existe,
es un invento de las concesionarias de autos,
no nos movemos más
que en una sucesión
de cuerdas flojas.
Las tostadas siempre caen del lado del dulce,
las mujeres no.
Vino tinto y vino blanco es
mezcla.
Alcohol y resentimiento no es mezcla,
es resaca.
Entre una verdad y una suprema de pollo
elegí siempre la suprema de pollo
porque al menos alimenta otra cosa que no es el ego.
te mereces un premio por
ResponderEliminar1 lo de las papas y las medialunas
2 el nombre del blog.
te sigo jjjjjjjjjenia!