Y al final de todo, darse cuenta que con las relaciones pasa lo mismo
que con los fósforos, en un principio lo que las enciende es la chispa, pero después cuando la magia está gastada, se
trata de seguir haciendo fuego con la parte de la maderita que queda, con claros riesgos de quemarse los
dedos y de que el fuego nunca termine de
prender.
Vero querida, pasa que todos somos medioco chinos. Me acordé de esto, de tanta sabiduría, y me reí temprano. Qué tengas un lindo día!
ResponderEliminarAy... quién no se encuentra en todo esto? El amor a veces es una putada.
ResponderEliminarMua!