lunes, 20 de agosto de 2012

Síntomas




A Bego.

Inestabilidad en las piernas.
Ataques de narcisismo 
por escuchar tu nombre en su voz,
por ver tus ojos cuando ella se refleja ahí.
Le das la razón a Einstein y su teoría de la relatividad del tiempo
cuando seis horas parecen seis minutos
y una semana, un mes de vacaciones.
Tus amigas te dicen que estás más mística que nunca.
Te encontrás por la calle cantando
"me sube la bilirrubina" de Juan Luis Guerra.
Si ella está ahí
los bizcochitos azucarados 
te parecen más azucarados,
los juegos de mesa que antes te aburrían
ahora te divierten,
te tomás los primeros mates fuertes
porque sabés que a ella le gustan los lavados.
Cuestionás las ciencias pensando
que el sol no sale más por el este
sino por su pecho
y que el infinito cabe en sus ojos.
La vida se vuelve un pase de magia
en el que el abracadabra sólo funciona si es a dos voces.
No podés escribir otras cosas que no sean cursis como ésta
y no te importa ser cursi.

No, no estoy perdidamente enamorada de ella.
Estoy encontradamente enamorada de ella.

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