domingo, 24 de julio de 2011

Condimento


El cuerpo guarda en un frasquito en algún lado
la felicidad que me diste los días pasados
para sobrellevar un domingo como este.
Lo destapo como si fuera un frasco de canela
lo giro con cuidado
lo miro
lo vuelco sobre la palma de la mano
lo contemplo largo rato
lo vuelvo a guardar
y lo cierro con nostalgia
pensando que ya fue suficiente.
Pero el tiempo es injusto.
No pasa media hora sin que quiera condimentar
cualquier cosa que haga
con los ecos de ese amor.

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