domingo, 24 de julio de 2011

Piromanías


Y existen también
quienes habiendo echado luz sobre sus miedos
en un incendio,
prefieren luego
el cómodo calorcito de una estufa halógena.
Aunque en el fondo todos sepamos
que lo halógeno es radioactivo
y que a la larga
trae consecuencias inevitables,
el incendio es temeroso
por lo inmediato:
consume, mata,
y ya nada existe en la forma en que lo conocíamos.
Son esos mismos que prefieren
volver a guardar los miedos en el cajón
sin considerar que es como tratar de mantener
un resorte contenido en una caja.
Pero el tiempo se encarga de evidenciar
lo inevitable de las cosas,
y aunque más tarde que temprano
la cinta transportadora automática y tibia
que eligieron para su vida
tiene alguna falla
y se encuentran estancados,
mirando el humo de la chimenea
de la casa del vecino,
y quizás recién ahí
entienden por fin
que la única manera de salvarse de un incendio
es convirtiéndose en fuego.

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