jueves, 30 de junio de 2011

Conspiración


Los libros de economía mienten.
La ley de oferta nunca se equilibra naturalmente
con la ley de demanda.
Los resortes mienten.
Las cosas que se estiran,
nunca vuelven al mismo lugar.
Los coladores mienten.
No se puede escurrir tanto  agua.
Los imanes mienten.
A veces el magnetismo
es unilateral.
El diccionario miente.
La palabra siempre
y la palabra eterno
no existen.
Los guardapolvos mienten.
No hay delantal que  cubra
del polvo de los escombros.
 Los políticos mienten,
pero eso ya es una redundancia.
Las pavas silbadoras
las margaritas
 las vidrieras
las puertas automáticas
la primera fila del cine
vos
los locos
y los chicos
también mienten.
 Y miento yo,
con este poema
cuando trato de alejar la tristeza
al menos por un rato,
como si ella no existiera
independientemente
de mis  ganas de que esté

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